viernes, 8 de noviembre de 2013

¿Resucitan los muertos? Los saduceos de hoy


"Acercándose algunos de los saduceos, esos que sostienen que no hay resurrección" 
(Lc. 20, 27)

Me ha sucedido en clase en repetidas ocasiones. Al abordar del tema de la resurrección de los muertos, una verdad de fe contenida en el credo cristiano, algún alumno o alumna levanta su joven mano para expresar a bocajarro:

- Pues yo creo en la reencarnación. 

En ese momento otros se suman a lo dicho, aludiendo a algún programa de televisión que vieron, o a una anécdota que escucharon quién sabe donde. La mayoría de ellos ni siquiera se percatan de lo contradictorio que resulta para un cristiano creer en la reencarnación.



Otro grupo de chicos, más de los que yo quisiera, nunca se han planteado seriamente la posibilidad de una vida más allá del tiempo presente. Atrapados en la cultura de la inmanencia, les parece que lo único que importa es la realidad temporal. Su horizonte termina con la muerte, y nada más.

Hablar de resurrección de los muertos a quienes ni siquiera se plantean de fondo las realidades últimas de la vida parece un contrasentido.  Es como si les hablara en chino mandarín.

Los chicos se hacen eco de los nuevos saduceos de hoy, los negadores de la resurrección de los muertos, algunos de los cuales han infiltrado doctrinas extrañas al cristianismo a través de las filosofías y religiones orientales, y de esa mezcolanza de ideas religiosas y metafísicas que es la Nueva Era.

Otros saduceos pueden llegar a ser incluso más peligrosos: los que viven o enseñan un cristianismo sin ninguna referencia escatológica. 

Los que viven y enseñan a los jóvenes que el sentido último de la vida termina en el sepulcro. Y nada más.

Por mi parte, lo tengo claro: un cristianismo que no anuncia la buena noticia de la resurrección de los muertos está incompleto. 

El tema, como no podía ser menos, ha de estar presente en el programa de la asignatura de Religión.

En realidad, nuestra fe en la otra vida, en la resurrección, se funda en el testimonio y en la experiencia de Jesús resucitado. Nosotros no anunciamos simplemente el recuerdo de un buen hombre que enseñó el bien y murió en una cruz.

La locura cristiana, el "escándalo" del cristianismo, es afirmar que un difunto llamado Jesús está vivo.

Aprovechemos la Clase de Religión para exponer la fe cristiana en torno a las realidades últimas del hombre y estemos atentos a los nuevos saduceos que nos acechan negando la experiencia de revelación/salvación que nos ha sido dada en Jesucristo, el Señor.

Para seguir profundizando en el tema aquí les propongo este enlace del libro de Candido Pozo: Teología del más allá, que aunque ya tiene sus años, expone con suma claridad los aspectos fundamentales de la escatología cristiana.

TEOLOGÍA DEL MÁS ALLÁ: DESCARGAR


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