miércoles, 13 de febrero de 2013

Miércoles de ceniza 2013: ¡Llega el tiempo de la misericordia!


Hoy, miércoles de Ceniza, se nos anuncia un tiempo de misericordia: ¡La Cuaresma!


¡Ojalá escuchemos la voz del Señor que nos invita a volver a él, por el camino de la oración, el ayuno y la limosna!

Una oración que Dios escucha en lo secreto del corazón, que dirigimos al Padre en el nombre santo de Jesús, con la confianza de los hijos: pedir para recibir, tocar a la puerta para que se nos abra, buscar para encontrar. Como la viuda majadera frente al juez impío, como el amigo inoportuno que toca el timbre de casa a la medianoche.






Un ayuno que ofrecemos con el rostro lavado y la cabeza perfumada, porque estamos en el tiempo en que el novio nos ha sido arrebatado. Ayuno que es denuncia frente a los excesos de la sociedad de consumo, el nuevo becerro de oro, y también comunión profética con el hermano que carece de los medios esenciales de vida.

Una limosna que es donación de nosotros mismos en la práctica del mandamiento nuevo del amor fraterno, con la confianza de saber que el amor cubre multitud de faltas, que Cristo se hace presente en el sacramento vivo del pobre y del necesitado. Si nos piden el manto, dar la túnica; si nos piden que acompañemos una milla, andar dos; dar a todo el que nos pida, y no acumular tesoros aquí en la tierra donde la polilla roe y los ladrones abren boquetes para robar.

Y por sobre todas las cosas vivir la experiencia de la misericordia, en nuestra propia vida de seguidores de Jesús, dejándonos transformar por el amor del Señor, y también siendo testigos delante de otros de la inmensa gracia recibida.

Misericordia: Dios pone su corazón en nuestra miseria.

Siempre me ha conmovido el significado de esta palabra.

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