sábado, 31 de marzo de 2012

Trigo y molino: profecía cristiana y crisis



Trigo y molino, del cantautor venezolano Alí Primera, me ha acompañado desde mis primeros años universitarios en Venezuela. El canto, nacido en otro contexto, ha recobrado una especial vigencia para mí en el marco de la crisis económica que azota con crudeza a España y a otros países de Europa.

Aquí se tocan verdades santas del Evangelio que, sencillamente, debieran sacudirnos.

Escuchemos el canto de Alí con el crucifijo en la mano, que nuestros ojos se abran para VER a Jesús de Nazaret escondido en los rasgos sufrientes de nuestros hermanos y hermanas. 

A veces pienso que los que dictan leyes económicas injustas, los que se enriquecen y acaparan los recursos, los que manipulan los mercados a su antojo, desde sus despachos con aire acondicionado o calefacción a tope, han dejado de VER la realidad concreta de sus hermanos y hermanas.

Simplemente no ven, y como están ciegos, no SIENTEN las nefastas consecuencias sociales de las decisiones que toman allá, en oficinas muy elegantes, lejos, muy lejos, de la cotidianidad de los ciudadanos y las ciudadanas comunes y corrientes.

Los hombres y mujeres que pueblan nuestras calles, que luchan por encontrar un empleo, o por llegar a fin de mes, o por salir de la esclavitud de deudas infinitas, o por librarse de un desahucio, se sienten indefensos frente a la jauría de los poderes económicos y políticos. 

La indefensión es el sentimiento típico de las víctimas. 

El Evangelio nos enseña a reconocer la presencia de Jesús, precisamente, en los indefensos y afligidos de este mundo, ellos y ellas son para nosotros, sacramento de su presencia viva en medio de la historia.

Pero no basta con VER. A los discípulos de Jesús nos toca también DENUNCIAR: el eje de la vida social y política no puede ser la gestión financiera, sino el bienestar de las personas, la dignidad de las personas, la realización de ciertos valores básicos como la justicia, la libertad, la igualdad, el amor, la solidaridad.

Pero los que manejan el poder político y económico en Europa, y por ende en España, pasan un kilo del Evangelio, del Sermón de la Montaña, del mandamiento nuevo del Amor fraterno, de la doctrina social de la Iglesia, y así nos va. 

Ciegos, lo repito, ciegos y duros de corazón. 

A veces pienso que la única preocupación de los países que mandan en la Unión Europea, y de su banca, es que cuadren los balances y que se reduzca el déficit, sin el menor tipo de consideración social sobre las consecuencias que pueden tener sobre la población las medidas que exigen a países como Grecia, España, Portugal, Italia

En medio de esta hora difícil los cristianos somos también portadores de un ANUNCIO: la esperanza. Creemos en la fuerza del Espíritu Santo que mueve a la gente de buena voluntad, nos cura de la ceguera y suscita nuevos caminos de justicia y solidaridad. Jesucristo, el Señor de la historia, nos acompaña siempre en la lucha y nos ánima a conquistar esa tierra nueva de justicia y fraternidad.

VER-DENUNCIAR-ANUNCIAR: una experiencia vocacional de profecía cristiana, al estilo de Elías, el heraldo del Monte Carmelo, y de todos los profetas del Antiguo Testamento. 

Al estilo de Jesús de Nazaret, el testigo fiel, cuyo martirio de cruz, y gloriosa resurrección, nos disponemos a celebrar en esta Semana Santa.

Oremos mucho por nuestro querido pueblo que sufre, oremos con el Evangelio y en compañía de María, nuestra buena Madre, presentemos a Dios, Padre misericordioso, el sufrimiento de los afligidos y pidamos al Espíritu Santo la valentía y la sabiduría para vivir nuestra vocación profética con fidelidad y entrega. Amén.

                                                                          @MarceloMartín




2 comentarios:

  1. Amigo, muy buena reflexiòn y conclusiones. Dime cuando sacas un libro, que ya te toca...

    Y lo de Mariano Rajoy, cuando estaba en campaña me reìa, porque esos cuentos ya me los sabìa, ya aquì somos expertos en eso,jajaja.

    Un abrazote, que Dios te bendiga grandemente.

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    1. Así es, amiga, se ve que el problema de la injusticia no conoce fronteras, ¡Quién iba a decir que con una canción de Alí se podía ilustrar lo que se vive en Europa!!!!!

      Gracias por lo del "libro", la verdad es que la idea a veces me ronda la cabeza, pero nunca me he puesto en serio,...

      Un abrazote desde Tenerife

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