lunes, 19 de marzo de 2012

San José: una escuela actual de espiritualidad

  
Dedico esta entrada a María Auxiliadora, que tiene
a San José como patrono de su blog: En la vía singular de la vida

Cae la noche sobre el Atlántico. La isla enciende sus silencios cargados de secretos.

Mañana es la fiesta de san José, felicidades a todos los Josés, Josefas, Pepes, Pepas, y demás beneficiarios de tal onomástico.

Más allá de la excelsa santidad de José, de sus tradicionales prerrogativas, ¿Tiene su testimonio algo que decirnos a nosotros, los cristianos y las cristianas del Siglo XXI? Porque si el XX fue un cambalache como cantara Gardel, no sé yo qué podemos decir de este por el camino que llevamos,...

Creo que cierta iconografía del esposo de María, y padre nutricio del Hijo de Dios, no nos ayuda mucho, o por lo menos a mí. Un José casi siempre viejito, rodeado de bellos querubes, de mirada lánguida y ricitos dorados,...Ya sé que hay imágenes cargadas de historia, que el pueblo de Dios venera de generación y generación, y que, además, en algunos casos, no carecen de valor artístico. 

Lo único que digo es que, desde esta iconografía, y a veces desde ciertas expresiones, cuesta mogollón identificarlo como un modelo actual de vida y santidad.

Para muchos san José parece un santo antiguo, de otros tiempos, vaya.

¿O no?

Vamos a ver, creo que la clave de la actualidad de José está, como siempre, en volver al Evangelio y redescubrir el testimonio de santidad y vida de este gran creyente, de su aventura humana y espiritual.

En realidad no es mucho lo que la Palabra de Dios nos dice sobre el esposo de Nuestra Señora, pero lo que dice, e incluso lo que no dice, es de una luminosidad extraordinaria. Y su luz llega hasta nosotros, anclados en esta segunda década del siglo XXI.

A modo de ensayo quiero proponer aquí algunos valores de vida de José de Nazaret, de su camino de santidad, que pueden iluminar nuestro seguimiento de Jesús en medio de los avatares de la historia que nos toca vivir. Gracias a ellos podemos decir que san José constituye una escuela actual de espiritualidad.

1. Una vida en clave de convivencia : José ha tenido la dicha de vivir su existencia en convivencia con Jesús y María, participando de los mil detalles que llenan la vida cotidiana, los gozos y las penas, las incertidumbres, los pequeños rituales que jalonan la vida familiar. De la convivencia nace el conocimiento del otro, y la experiencia del verdadero amor.


2. Una vida en clave de servicio: José no ha vivido para sí mismo, sino para los demás. Primero, en consonancia con su vocación de esposo y padre, al servicio de Jesús y María, y, luego, a través sobretodo de su trabajo de artesano, con el resto de la gente. 

3. Una vida guiada por el Espíritu Santo: El gran protagonista de la vida de José es Dios mismo que va guiándole, mostrándole los pasos que ha de dar, previniéndole en el camino, llenando su corazón de sabiduría y fortaleza para el cumplimiento de su misión. Es la experiencia del Espíritu de Dios en la vida del creyente.

4. El trabajo, camino de santidad: José ha vivido del sudor de sus manos, conoce las fatigas del trabajo, el esfuerzo cotidiano por lograr el sustento, un camino de santificación y de servicio, para la gloria de Dios y la plena realización de nuestra humanidad. En esta experiencia reconocemos la gran dignidad del trabajo humano, que nos hace partícipes de la obra creadora y servidores de nuestros hermanos y hermanas.

5. Una vida en clave de oración y contemplación: José ha contemplado de cerca el misterio mismo de la Encarnación del Verbo, quizás por eso su silencio está cargado de esa presencia de lo divino que excede las palabras humanas. Toda la vida de José es oración: acción de gracias, petición, alabanza a Dios, adoración, y, ello en medio de las vicisitudes de la vida cotidiana y del martilleo de la carpintería.

6. Una experiencia de fe radical: El camino de José ha estado marcado por la noche oscura de la fe: el embarazo de María, el pesebre, la huida a Egipto, el extravío de Jesús a los doce años, el transcurrir de los años en el silencio de Nazaret,... Una experiencia radical de fe desnuda en Dios, que lo convierte en digno heredero de Abraham, nuestro padre en la fe.

7. Una vida en clave solidaria: Su vida dedicada al trabajo artesanal lo hace particularmente sensible a la situación de los trabajadores, especialmente de aquellos que se sienten oprimidos bajo sistemas sociales basados en el lucro y la explotación: bajos salarios, el paro, precariedad laboral,...José nos muestra el camino de la solidaridad cristiana y de búsqueda de aquellos valores que nos enseñó Jesús en el Sermón de la Montaña: el amor, la justicia, etc.

8. Amor a la pobreza y simplicidad de vida: Frente al consumismo individualista que nos asedia, José nos invita a amar la pobreza y a buscar un modo de vida sencillo, en contacto con la naturaleza y optando siempre por los más pobres. Todo un modelo profético de vida, frente a las desigualdades e idolatrías de hoy.

9. Una vida en clave de humildad: Si una virtud define a san José es su profunda humildad, delante de Dios y de los hombres. Unido indefectiblemente a Jesús y María en el misterio de su vida, ha cedido el protagonismo a Dios, y ha sabido permanecer en silencio, en actitud de obediencia y disponibilidad. Qué lejos estamos aquí del famoseo que se promueve como valor en ciertos programas televisivos.

10. Una santidad laical: José de Nazaret ha vivido su experiencia de fe desde su vocación de laico, como esposo de María, la Madre del Señor, y como padre nutricio de Jesús. Esposo y padre, dos tareas difíciles ayer y hoy, vividas a plenitud, responsablemente. Todo un camino de santidad.

Estos valores, y otros más, que descubrimos en san José son también para nosotros y nosotras hoy. Ahora toca lo más importante: ¡vivirlos!

Pidamos al Espíritu Santo que nos llene de sus bendiciones, por la oración y el ejemplo de san José, para que vivamos a plenitud nuestra vocación en la Iglesia en el seguimiento a Jesucristo, bajo la guía del santo Evangelio. Amén.

6 comentarios:

  1. Leer esto me ayuda y me testimonia el valor y santidad de San José, un hombre de fe total, de silencio al mundo, pero de grito permanente al Señor... Un modelo de evangelización, un signo.

    Un abrazo, la paz!

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    1. Gracias Luciano, por compartir esa riqueza que tú descubres en José, muchas bendiciones desde aquí y estoy de acuerdo contigo, José es un signo de la victoria de los humildes y sencillos

      Marcelo

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  2. Gracias, Marcelo; ya era tiempo de ponernos a San José como a un santo que puede ser un ejemplo.
    De broma te diría que estoy muy celoso porque has dedicado esta entrada al blog de María Auxiliadora, que está bajo el patrocinio de san José. Y nuestra abadía ¿QUÉ? (jajaja)
    Un abrazo, Beda

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    1. ¡Beda! ¡Tienes razón!,...¡Se las debo! Recuerdo de niño ir con mi abuela a San José del Ávila (Caracas) a visitar a san José (ibamos en una línea de autobus que se llamaba "San Ruperto", seguro que yo no existe), así que pienso que esa semilla está sembrada desde hace años en nuestro país por la presencia de los benedictinos. Además, yo sigo siendo un hijo de la comunidad de Güigüe, así que San José es también mi patrono,...Un abrazo grande y feliz día para todos los hermanos,...

      Marcelo

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  3. No se ponga celoso Padre Beda!!!! Compartimos el Santo Patrono, hay San José para todos.
    Mil gracias Marcelo por esta dedicatoria a mi blog, me has sacado una sonrisota cuando lo he leído.
    Una oración especial para ti y para todos los monjes de la Abadía San José, Guigue, Venezuela

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  4. María Auxiliadora palabras ciertas: Hay San José para todos,...Supieras que cuando hacia el post me acordaba de tu "fiesta de enlaces" y por eso se me ocurrió lo de la dedicatoria,...San José nos bendiga en este día y nos conceda la gracia de ser fieles al Señor, Un saludo fraterno,

    Marcelo

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