MUEVE UN PIE,...Y EL OTRO LO SIGUE

Corría el año 1989, en Venezuela Sergio Pérez ponía a bailar a toda una generación con una canción de contagiante ritmo latino: Mueve un pie.

A finales de ese año, asistí a un concierto del joven cantante en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela. Hoy, haciendo zapping en la red, he encontrado segmentos de ese mismo concierto en el vídeo que hoy les presento,... ¡Milagros del Youtube!

A mí, por lo pronto, esta canción me transmite una vitalidad, unas ganas de echar pa´lante, la alegría de vivir que se respira en el Caribe, y que hace que sigas el ritmo de la música casi sin querer, dando una vueltica por allá, otra por aquí, y tuki, tuki,.. ¡ya nos estamos moviendo!

Además, viendo el vídeo recordé el modo, suelto y desenfadado, de la música latina que se bailaba a comienzos de los noventa. Reconozco que aunque he perdido entrenamiento, los pies conservan la memoria.

El mensaje del canto es claro: ¡mueve un pie, compadre! No te pares ahí, frente al espejo, viendo la vida pasar, da un primer paso, y verás que el siguiente le sigue,...

Hay gente tan paralizada por los problemas: el paro, la soledad, las dificultades económicas o familiares, que se instalan en la desesperanza como actitud de vida. Frente a esto, la invitación es simple: da un primer paso, aunque sea pequeño, y ese primer movimiento, te llevará a otro paso, y luego a otro, y a otro,...Así vamos plantando cara a la vida, y obteniendo pequeños logros en el haber de nuestra autoestima.

Si los cambios que queremos para nosotros no suceden, tenemos que provocarlos, con decisión y con esperanza, moviendo un pie, y dejando que el otro lo siga.

Amigo mío, sigamos el consejo que se nos da:

Abran puertas y ventanas que la música nos llama,
abre el corazón para que puedas escuchar

¡Qué el Señor Jesús nos ayude a mover el pie, sostenga nuestra esperanza y nos de coraje para enfrentar con decisión y fortaleza la lucha cotidiana!