martes, 31 de agosto de 2010

AL CONCLUIR EL VERANO,.....LOS SUEÑOS DE UN PROFE DE RELIGIÓN


Concluye el verano,…y un nuevo curso está tocando la puerta. Aquí en el sur de Tenerife ha hecho hoy, último día de agosto, un calor que convierte el salón de casa en un microondas. Siento que en el cualquier momento voy a estallar como una palomita de maíz.

Cae la tarde, y yo, ingenuo de mí, espero con ilusión la llegada de los alisios. Decido dar una vuelta por San Isidro. Mientras camino me pregunto: ¿cuál es mi sueño como profe de Religión?

Esto de soñar lo llevamos todos por dentro, pienso. Es más, nosotros mismos somos un sueño que Dios tuvo un buen día, allá en su eternidad donde espero no haga tanto calor, un sueño hecho de carne y hueso y hálito divino, un sueño que se va convirtiendo en realidad, poco a poco, con nuestra ayuda. Un sueño de Dios que tiene como imagen la persona de Jesús.

Si Dios, la suma realidad, se atreve a soñar, pues no nos quedemos atrás nosotros, ¡soñemos también!


Alguno que me lee puede tacharme, con toda razón, de ingenuo ¿Cómo se me ocurre hablar de sueños en medio de las dificultades de la educación española, los problemas de convivencia en las aulas, los efectos devastadores de la cultura secularista, el bajo nivel de rendimiento, la pérdida del sentido religioso?,…

No señor, debería ser realista y conformarme con poder dar, medianamente, la programación de la asignatura, que los chicos conozcan los contenidos básicos de la revelación cristiana, que valoren la religión y su influencia en la cultura, la antropología, la ética, el arte,…y que además, sean tolerantes, solidarios, y que, de paso, tengan una buena actitud en clase, hagan las tareas, y, puestos a pedir, que sean respetuosos, alegres, serviciales, cooperativos, e incluso, motivados al aprendizaje, y, si me apuran, hasta divertidos.
Sí, sí, de acuerdo, todo eso está muy bien ¡Enhorabuena si lo logramos! Prometo que lo intentaré. Pero, lo confieso, no me conformo. Y por eso hablo de sueños.



Porque en el fondo lo que sueño en mi interior, realmente, es que la clase de Religión ayude a los chicos a conocer el inmenso amor que Dios les tiene a cada uno. Que se encuentren con Jesucristo Resucitado, y con el Evangelio. Una gracia que viví, inmerecidamente, a los 16 años. Que lo que a mí me ocurrió, les ocurra a ellos. Ni más, ni menos.

Así, pues, aunque voy a seguir en todo la programación de la asignatura, a intentar preparar unas unidades didácticas que se salen, a buscar e inventarme los recursos que se me ocurran, y todo las demás cosas que solemos hacer los profes,…el sueño que les digo es el primer punto de mi agenda.

Dios, que obra en nosotros el querer y el obrar como conviene (Flp. 2,13), nos dé la fuerza del Espíritu Santo para que seamos testigos del Resucitado, “en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra” (Hch 1,8)

Acompañando este post les ofrezco este material didáctico, La Pedagogía de Jesús, inspirado en la lectio divina, para la enseñanza y el estudio de la Biblia, con interesantes propuestas metodológicas para el trabajo educativo en grupos. Recomendado.

LA PEDAGOGIA DE JESÚS: DESCARGAR


1 comentario:

  1. Soñar no nos cuestanadayvale,Si SEñor Vae la pena!!!! a Soñar se ha dicho
    Beatriz

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